PROYECTO STOLPERSTEINE / PIEDRAS DE LA MEMORIA

Comunicado Oficial del artista alemán Gunter Demnig sobre el Proyecto Stolpersteine y las Piedras de la Memoria dedicadas a las víctimas del franquismo (comunicado cedido por la Asociació Memòria de Mallorca).

PROYECTO STOLPERSTEINE

En la ciudad alemana de Colonia, en diciembre de 1992, a raíz del cincuenta aniversario del decreto nazi de deportación de los “gitanos” ordenado por Himmler, se inauguró una placa en homenaje de las cerca de 1.000 personas de la etnia gitana llamada Roma y Sinti que habían residido en Colonia y que fueron detenidas y deportadas por los nazis cuando estos llegaron al poder. Los Roma y los Sinti eran considerados por los nazis cómo “antisociales” junto a las prostitutas, homosexuales y alcohólicos, y los clasificaron como “minorías racialmente inferiores”. Se calcula que los nazis asesinaron entre 200.000 y 500.000 Roma y Sinti.

El artista alemán Gunter Demnig fue el encargado de desarrollar el proyecto que constaba de una placa con la inscripción de las primeras líneas del decreto de deportación de los nazis.

Demnig, que quedó profundamente impactado por la historia, quiso informarse más sobre los hechos descritos, tanto en archivos como través de testigos, y dio especial importancia a localizar la última residencia voluntaria que en la ciudad tuvo cada uno de los cerca de 1.000 deportados de Colonia. Durante el proceso de búsqueda, hablando con los vecinos, se dio cuenta de que muchos de ellos no conocían los hechos descritos, ni siquiera los nombres de las víctimas deportadas, cuando en realidad habían sido sus vecinas y formado parte de su comunidad, por ello mismo decidió devolverlas al lugar de donde nunca habían debido desaparecer: sus últimos domicilios conocidos o, si no se conocía, su puesto de trabajo o de desaparición.

Pensó que se podían realizar piezas de homenaje y recordatorio en forma de adoquín, proveyéndolas de una placa y un texto identificativo para insertarlas en el pavimento de las calles, y así, de alguna manera, integrar a las víctimas en el paisaje cotidiano y a la historia de sus pueblos. Llegó a la convicción de que era posible recordar, no solo a un grupo concreto de víctimas en un monumento situado en un mismo lugar, sino que podía hacerse con una pieza artística personalizada para cada una de las víctimas del nazismo, y situarla en los lugares dónde por última vez hubieran residido voluntariamente, un adoquín hecho a mano con una placa de latón y la inscripción “aquí vivió, aquí trabajó, aquí eligió la muerte” (muchas se suicidaron desde sus casas antes de la detención), seguido de sus nombres, fecha de nacimiento, de deportación o de muerte.

A partir de entonces, el artista alemán desarrolló el proyecto Stolpersteine (palabra alemana que significa una piedra en el camino que puede hacer tropezar).

Al colocar el nombre de una sola persona sobre una piedra se hace más visible y personal la tragedia. Sacar del anonimato miles de historias puede ser tanto o más impactante que si se hace un gran monumento para muchas, a la vez que resulta más económico.

En el año 1994 Demnig había construido en su taller 250 piezas que fueron expuestas en la iglesia de San Antonio en Colonia. El 4 de enero de 1995, sin tener permiso del Ayuntamiento, colocó en las aceras, frente a las casas de las víctimas o de sus puestos de trabajo, las primeras. En julio de 1997 la Administración de la localidad de Salzburgo (Austria) le permitió colocar legalmente sus dos primeras piezas dedicadas a testigos de Jehová represaliados en la ciudad. Pero tuvo que esperar hasta el año 2000 para recibir el permiso de l Administración de Colonia para colocar allí todas las que para esta ciudad había proyectado hacía años. A partir de este momento, en los años sucesivos, el proyecto cobró fuerza, fue difundido ampliamente, adquiriendo gran importancia, y se convirtió en el monumento recordatorio más descentralizado del mundo.

Actualmente hay más de 60.000 adoquines en más de 1.800 ciudades de toda Europa con la inscripción de los nombres de las víctimas del nazismo.

Para la realización del proyecto fue fundamental la búsqueda y los testigos, y los familiares de las víctimas fueron de vital importancia por la recopilación de documentación, también la que los nazis elaboraron para la deportación. Aunque la información requerida trataba solo de conocer los nombres, residencias, fechas de nacimiento y muerte, fue necesario acudir a los archivos: al registro de la propiedad, vivienda, padrón, nacimiento o muerte o aquellos que hubieran sido creados para la búsqueda de las graves violaciones de los derechos humanos que cometieron los nazis.

También fueron consultados los archivos locales y los de sociedades históricas, de sindicatos e iglesias y de organizaciones sociales de víctimas: Romaníes y Sinti, homosexuales, testigos de Jehová, archivos de hospitales que pudieran tener información en lo referente a la eutanasia aplicada por los nazis. Hay que reseñar en este sentido la importancia de datos nuevos aportados por familiares de las víctimas, creando a la vez nuevos registros y la colaboración fundamental del banco de datos del Monumento Ayd Vashem en Jerusalén.

Todos ellos han contribuido de forma esencial al desarrollo del proyecto y lo siguen haciendo, entendiendo que no es un proyecto cerrado sino que está en constante evolución, y crea sinergias paralelas a los objetivos de su creación, como es el caso del documental Stolperstein, de la cineasta Doerte Franke o, en España, el libro Silencios. República, Guerra Civil y represión franquista en Navas, primer municipio en el Estado español que impulsó el Ayuntamiento de Navas (Cataluña), al colocar cinco adoquines Stolpersteine para cinco republicanos catalanes que fueron deportados por los nazis al campo de concentración de Mauthaussen durante la Segunda Guerra Mundial.

El proyecto Stolpersteine consigue que en cada lugar donde se solicita, necesariamente se abre una búsqueda que da a conocer la verdad y también el descubrimiento de nuevos datos que amplían los archivos. Además, cumple objetivos y funciones importantes para la defensa de los derechos humanos: la difusión, la pedagogía, los archivos y el uso de estos para proyectos artísticos, además de la denuncia pública y el homenaje a las víctimas, y de alguna manera, quizás sin pretenderlo, crea un archivo de registros, en este caso de derechos humanos abierto a todo el mundo en una exposición permanente en las calles y plazas de los pueblos. Es el único archivo en el mundo a un espacio público y disperso por toda Europa, que documenta los crímenes contra la humanidad del nazismo, los primeros que fueron juzgados como tales y que siguen en la actualidad, después de más de 70 años de los hechos, despertando el interés y la creación de iniciativas artísticas como la descrita.

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Ejemplar de Piedra Stolpersteine dorada, dedicada a las víctimas del nazismo. Colocada en Palma.

Autor: Gunter Denmig, para el Ayuntamiento de Palma.

Ejemplar de Piedra Stolpersteine plateada, dedicada a las víctimas del franquismo. Colocada en Palma.

Autor: Gunter Denmig, para el Consell de Mallorca.

LAS PRIMERAS STOLPERSTEINE EN LAS ILLES BALEARS


Los primeros adoquines dorados en ocasión a las víctimas en campos de concentración nazi llegaron a las Illes Balears de la mano de la colaboración entre el colegio de Monti-sion y el Área de Cultura, Patrimonio, Memoria Histórica y Política Lingüística del Ayuntamiento de Palma.

De este modo, el artista alemán empezó a colocar las Stolpersteine el 18 de diciembre de 2018 en Palma. Fueron catorce los primeros adoquines que se colocaron en las calles de diferentes barrios de Palma y los homenajeados fueron Miquel Navarro (la Vileta), José M. Aguirre Salaberria (Son Roca), Jaume Rebassa ―arriba, en la fotografía― (Son Espanyolet), Rafel Xamena (es Jonquet), Josep Marí Juan (Puig de Sant Pere), Eugenio Balduz Asensio (Sant Jordi), Josep Roy Ribas (Centro Histórico), Antoni Ensenyat, Manuel Molina Martí, Pere Mayol Martorell, Gabriel Mora Mas, M. Oliver Socias, Pasqual Mora Bellafont y Guillem Torrens Sastre (Palma).

Por otro lado, en Ciutadella, Menorca, y de la mano de la Confederación General del Trabajo (CGT), Günter Demnig colocó tres adoquines dorados a las víctimas del nazismo, Josep Caules, Ignasi Moll y Manuel Marqués.


LAS STOLPERSTEINE A LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO:
LAS PIEDRAS DE LA MEMORIA


La Asociació Memòria de Mallorca, desde hace años reivindica que en el proyecto deberían incorporarse también las víctimas del franquismo, del mismo modo que lo están las víctimas de la Italia fascista, no solo porque la doctrina franquista ideológicamente parte del fascismo de los años 30 extendido por Europa, sino también por la implicación e intervención de la Alemana nazi y la Italia fascista a la Guerra Civil española junto a los golpistas, y la de la España de Franco, durante la Segunda Guerra Mundial, junto a Hitler y Mussolini, hechos demostrados y que corroboró incluso el Consejo Europeo con la resolución número 39 de 1946, en la que indica claramente el origen fascista del régimen franquista y la relación de este con Hitler y Mussolini:


a) En origen, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen de Franco es un régimen de carácter fascista, establecido en gran parte gracias a la ayuda recibida de la Alemana nazi de Hitler y de la Italia fascista de Mussolini.

b) Durante la prolongada lucha de las Naciones Unidas contra Hitler y Mussolini, Franco, a pesar de las continuas protestas de los aliados, ayudó considerablemente a las potencias enemigas. Primero, por ejemplo, de 1941 a 1945, la división de infantería de la “Legión Azul”, la Legión española de Voluntarios y la escuadrilla área Salvador, lucharon en el frente oriental contra la Rusia soviética. Segundo, en verano de 1940, España se apoderó de Tánger en una clara violación del estatuto internacional, y, a causa de que España mantenía un importante ejército en el Marruecos español, gran cantidad de tropas aliadas quedó inmovilizada en África del norte.

c) Pruebas incontrovertibles demuestran que Franco fue, con Hitler y Mussolini, parte culpable de la conspiración de guerra contra aquellos países que finalmente en el transcurso de la guerra mundial formaron el conjunto de las Naciones Unidas.

Si bien es cierto que el proyecto Stolperstein había empezando como homenaje a un grupo de víctimas definido, las víctimas deportadas Roma y Sinti, a lo largo del tiempo se abría a otras tipologías y otros colectivos de víctimas: las del fascismo de Mussolini, a los republicanos españoles en los campos nazis, a las del holocausto judío, a homosexuales en campos de exterminio y a un largo etcétera.

Por todo ello, Memòria de Mallorca, aunque se aseguró de que el proyecto no incluía a las víctimas directas del franquismo en territorio español, se puso en contacto con la fundación que preside actualmente el escultor y le propuso con estos argumentos que se abriese a las víctimas del franquismo, quizás antes nadie lo había hecho, no lo sabemos, pero el cierto es que finalmente, desde el departamento internacional Stolperstein, después de varías reuniones, se les notificó por escrito la confirmación de abrir el proyecto a las víctimas del franquismo.

A partir de aquí, Memòria de Mallorca, empezó a trabajar en el proyecto. Para empezar pensaron que estaría bien hacerlo con las víctimas asesinadas que eran representantes de los pueblos de Mallorca: los alcaldes republicanos asesinados en la isla, abriendo así la puerta a que los actuales ayuntamientos pudieran hacerlo en el futuro a otros colectivos de víctimas de su municipio, y también a otros ayuntamientos, y buscando también la implicación de las instituciones publicas como garantes de la preservación y difusión de la memoria de las víctimas del fascismo.

El Consell de Mallorca, dado que es la institución que representa y mantiene las relaciones con los ayuntamientos de la isla, asumió hacerse cargo del coste de las placas y de la organización. Esta organización se trabajó desde la Consejería de Presidencia y Participación Ciudadana a través de la Dirección Insular de Presidencia y Relaciones Institucionales. Desde la institución quisieron también incluir al presidente republicano de la Diputación provincial de las Illes Balears en 1936, que fue también asesinado.